9/6/07

Don Lápiz

Dentro de un libro que conservaba de cuando iba al colegio de pequeña, he encontrado algo increible para mí, que me ha hecho volver al pasado con la imaginación. Tenía ocho años y escribía cuentos en las hojas de las libretas de hacer los deberes. Luego los ilustraba, los recortaba y encuadernaba, con montones de grapas como podéis ver, y aunque suene raro, se los vendía a mis compañeros de clase. Recuerdo que vendí los suficientes como para comprarme una bolsa llena de chuches. Este nadie lo quiso. La verdad es que no me extraña, porque el personaje tiene toda la cara de un psicópata. El argumento es divertido (teniendo en cuenta la edad que tenía), pero tiene un final muy machista. No lo explico porque me da un poco de vergüenza.
Es una lástima que al crecer, perdamos esa frescura infantil, aunque por suerte yo aún mantengo una fuerte conexión con mi niña interior. Ojalá no la pierda nunca.
Lo que si me da pena, es no conservar el espíritu de comerciante que tenía a los ocho años. Ahora sería millonaria.

0 comentarios:


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Creative Commons License